Le ha ido bien con los cambios de estilo de vida que le recomendó su doctor para la diabetes. Ha vigilado su dieta e incluso ha empezado a ser más activo y a hacer ejercicio. Pero ahora se ha enterado de que el cuidado de los pies también es una parte importante de su régimen de diabetes y quiere saber más. Analicemos por qué es tan importante el cuidado de los pies y veamos algunos pasos sencillos sobre su cuidado adecuado para que pueda añadir esto a su kit de herramientas para la diabetes.  

 

Cuando los niveles de glucosa en la sangre aumentan a causa de la diabetes, con el tiempo, pueden provocar una mala circulación y daños en los nervios. Esto suele afectar a los pies. Los daños en los nervios pueden causar cosquilleo, ardor y disminución de la sensibilidad o entumecimiento. La falta de sensibilidad en los pies puede hacer que cuando pise algo puntiagudo no lo sienta y se lesione. También puede impedir que sienta cuando el agua al bañarse está demasiado caliente, causándole quemaduras. Cualquier lesión que pueda tener se complica aún más por la mala circulación. La disminución del flujo sanguíneo significa que el sistema circulatorio no puede llevar glóbulos blancos, nutrientes vitales y otras sustancias importantes al lugar de la lesión para ayudar en el proceso de curación. 

 

Un rasguño, un roce o presión en el pie pueden provocar una herida abierta para las personas con diabetes, a menudo denominada úlcera del pie diabético (UPD). Si no se tratan adecuadamente, las UPDs pueden progresar hasta el punto de ser necesaria la amputación de un dedo, un pie o una pierna. Lamentablemente, las investigaciones demuestran que las amputaciones mayores aumentan significativamente el riesgo de otras complicaciones diabéticas e incluso la muerte en pacientes con UPDs. Por este motivo, es muy importante que los pacientes con diabetes cuiden adecuadamente sus pies y busquen tratamiento inmediatamente ante cualquier anomalía. 

 

A continuación, veamos 6 elementos claves para el cuidado adecuado de sus pies. 

  1. Utilice un calzado apropiado. Debe proteger sus pies en todo momento, nunca ande descalzo, ni siquiera dentro de la casa. Use calcetines y zapatos que sean cómodos, que no rocen y que den soporte a sus pies. Un buen calzado está hecho de materiales flexibles y que permiten la circulación de aire, como el cuero o la tela. Incluso puede hablar con su médico para que le recete un calzado específicamente diseñado para personas con diabetes. Mire dentro de los zapatos antes de ponérselos para ver si hay objetos, insectos o posibles rupturas en el forro.  Además, busque calcetines sin costuras, ya que éstas pueden causar presión y hacer que le lastimen el pie. Asegúrese de cambiar sus calcetines a diario. Haga clic aquí para ver una lista de cómo seleccionar el calzado y los calcetines correctos para sus pies. 

 

  1. Lávese y revise sus pies a diario. Dado que no siempre se puede sentir si ha habido un cambio o una lesión en los pies, es importante inspeccionarlos a diario. Un buen momento para hacerlo es cuando se bañe o se duche. Cuando se lave los pies, utilice agua tibia. Puede comprobar la temperatura con la muñeca de su mano para asegurarse de que no está muy caliente. Utilice un jabón suave para lavarse los pies por completo, incluso entre los dedos. Una vez que haya terminado, séquese los pies con una toalla, una vez más, asegúrese de secar entre los dedos para eliminar cualquier humedad que pueda lastimar su piel o fomente el crecimiento de bacterias u hongos. Utilice una piedra pómez para prevenir las callosidades con mucho cuidado y sólo si su médico le ha mostrado cómo utilizarla.

 

  1. Hidrate su piel para mantenerla suave. Utilice lanolina u otra crema hidratante aprobada por su médico en la parte superior e inferior de los pies, evitando la zona entre los dedos. Mantener la piel hidratada ayuda a que se conserve suave y previene las rupturas y los callos.

 

  1. Tenga especial cuidado al cortar las uñas de sus pies. Mantenga sus uñas bien cortadas; lo mejor es limarlas regularmente para evitar posibles cortes o heridas en la piel. Si tiene que cortarse las uñas, asegúrese de cortarlas en línea recta para evitar que se encarnen. O, mejor aún, ¡pídale a su doctor u otro especialista en el cuidado de los pies para personas con diabetes  que lo haga por usted!

 

  1. Busque tratamiento de inmediato ante cualquier problema o anomalía. Al revisar los pies, es importante inspeccionar la parte inferior del pie, así como la parte superior y entre los dedos. Si no puede llegar a la planta del pie, utilice un espejo o pida a otra persona de la casa que lo ayude. Compruebe si hay cambios de color, manchas en las que falte vello, llagas o ampollas, callos, piel descarnada o uñas encarnadas. Informe inmediatamente a su médico si nota cualquier cambio. Considere la posibilidad de imprimir una lista de lo que debe vigilar (como ésta) para ayudarle a recordar.

 

  1. Acuda a un médico para que le examine los pies con regularidad. Por último, es importante que un médico realice un examen completo de sus pies al menos una vez al año. En estos exámenes se comprueba si hay daños en los nervios (neuropatía), mala circulación, lesiones y otros posibles problemas. El médico querrá comprobar cómo le queda su calzado y luego le pedirá que se quite los zapatos y los calcetines de ambos pies para realizar una evaluación visual, comprobar la sensibilidad (a menudo denominada prueba del monofilamento), comprobar sus reflejos y la circulación.

 

Quizás haya oído a su madre decir que “más vale prevenir que lamentar”. Pues bien, en el caso del cuidado del pie diabético, ¡ella tenía razón! La prevención de posibles lesiones y la detección temprana de problemas en los pies pueden reducir el riesgo de desarrollar complicaciones graves, como las úlceras del pie diabético (UPD). A partir de hoy, puede dar a sus pies un poco más de amor y prevenir potencialmente futuras hospitalizaciones y/u otras complicaciones haciendo algo tan simple como revisar sus pies diariamente, programar su próximo examen anual de pies con su médico o tal vez incluso invertir en un par de calzados más apropiados. 

 

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