Las verduras son excelentes fuentes de nutrientes como vitaminas y minerales que ayudan a nuestro cuerpo a mantener las funciones diarias y fortalecen nuestro sistema inmunológico. Según la Encuesta Nacional de Salud Infantil de 2021: en 20 estados, más de la mitad de los niños de 1 a 5 años no habían comido una verdura diariamente la semana anterior. El “Toolkit de frutas y verduras para los niños” de la Asociación Americana del Corazón recomienda que los niños consuman al menos una ración de fruta o verdura en cada comida. (Acceda al manual gratuito aquí.) Sin embargo, es raro que un niño elija comer verduras por sí solo; por lo tanto, puede que se pregunte qué puede hacer para fomentar este hábito saludable en sus hijos. Veamos algunos consejos útiles para conseguir que sus hijos coman verduras. 

 

Modelar – Casi desde que nacemos, empezamos a aprender comportamientos observando a quienes nos rodean. Esto también es cierto en el caso de nuestros hábitos alimenticios. Es importante que los niños vean a los demás, especialmente a los adultos, practicar una alimentación sana, incluyendo las verduras. Es posible que alguna vez haya escuchado a alguien decir “vive lo que predicas”. Este dicho se aplica en el consumo de verduras. Si al niño se le pide que coma algo pero él/ella ve que “papá o mamá” no lo hace, es natural que el niño lo considere injusto. Así pues, nuestro primer consejo es que usted coma SUS verduras para que el niño lo vea como algo normal. 

 

Elimine la comida chatarra – Otra forma práctica de animar a los niños a comer de forma más sana es deshacerse de la comida chatarra en la casa. Los niños tendrán menos ganas de comer frutas y verduras frescas si saben que en el gabinete están sus papas fritas o galletas Oreo favoritas. Eliminar la comida chatarra también puede ayudar a evitar el desperdicio de alimentos. A menudo, los productos frescos se echan a perder antes de utilizarlos; si se deshace de la comida chatarra de la casa, será más probable que utilice la fruta y la verdura cuando a usted o a los niños les da ganas de comer algo. 

 

Sea creativo – A veces es necesario ser creativo. Una forma fácil de introducir verduras en la dieta de un niño es incluirlas en platos que le gusten. Por ejemplo, las espinacas, las zanahorias y los aguacates pueden añadirse fácilmente a un licuado de frutas, o pruebe este pastel de carne de pavo con apio y pimientos para darle más potencia vegetal. También puede rallar o picar finamente las verduras adicionales en la salsa de espaguetis y el niño probablemente nunca sabrá que está recibiendo una porción adicional de verduras en su comida. 

 

Salsas para untar – A muchos niños les encanta usar salsas para untar, ¡sobre todo porque es divertido! Puede comprar salsa de tomate, aderezo ranchero, hummus del supermercado o incluso hacer sus propias salsas con el yogur griego, guacamole o esta receta de hummus con mantequilla de maní. Nutrition.gov tiene una lista de recetas para niños con varias opciones de salsas que le ayudarán a empezar. 

 

Pruebe con un huerto familiar – Exponer a los niños a las verduras a través del proceso de cultivo puede ayudarles a despertar la curiosidad y el interés. Además, puede que descubra que sus tomates o zanahorias recién cultivados saben mucho mejor si los cultiva usted mismo. Si no tiene mucho tiempo o espacio para un huerto, muchas verduras como los tomates, lechugas, espinacas, pepinos y rábanos pueden cultivarse fácilmente en macetas. 

 

Evite los términos “bueno” y “malo” – Intente evitar clasificar los alimentos como “buenos” o “malos” para el niño. El niño promedio rara vez se siente motivado a hacer cosas porque son “buenas para él”. Este consejo puede olvidarse fácilmente cuando se quiere explicar al niño la importancia de comer verduras; sin embargo, es mejor evitar el uso de estos términos y centrarse más bien en animar a los niños a probar una amplia variedad de alimentos y a seguir una dieta equilibrada. Si cree que necesita motivar al niño para que pruebe determinadas verduras, considere la posibilidad de destacar un beneficio específico para la salud que le proporcionen los nutrientes, como huesos fuertes, músculos grandes, buena vista, etc. 

 

Está bien tomarse descansos y reintroducir los alimentos más tarde – Es importante recordar que todos los niños pasan por fases y que el hecho de que hoy digan que no les gusta un alimento no significa que no vayan a cambiar de opinión más adelante. Los niños pequeños son especialmente famosos por comerse un plato lleno de un cierto alimento un día, sólo para negarse a tocarlo al día siguiente… ¡a menudo para la perplejidad de sus padres! Si el niño se niega a comer una verdura determinada, lo mejor es evitar servírsela durante un tiempo y, uno o dos meses después, volver a introducirla.  

 

Los niños, al igual que los adultos, necesitan tiempo para adoptar nuevos hábitos. Si quiere aumentar el consumo de verduras en la dieta de su hijo, recuerde ser paciente con él y con usted mismo, ¡y hágalo divertido probando uno o dos de los consejos anteriores! También puede encontrar más información aquí sobre algunas frutas y verduras primaverales excelentes para la buena salud.